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21 junio, 2025

conectando...

 22 días desde que salí de vacaciones, y a pesar de que eso era lo que quería, siento que sólo estoy retrocediendo en todo lo que me esforcé para adaptarme a mi entorno, a los demás. en estas vacaciones no he tenido nadie con quien hablar, más que con mi familia. y siempre son bastante diferentes de las que suelo tener con mis amistades de la prepa. y aún con mi hermano, casi lo único que hace es hablar unilateralmente de cine y de videojuegos, con muy poco espacio para otros temas que no sean sobre productos de consumo, solo quiero estar con el y preguntarle cómo le fue su día, o yo también ser igual de capaz de hablar de lo que me apasiona, pero a este punto no sé, porque tampoco quiero molestarlo con cosas que no le interesan. Tenemos pocas cosas que nos conectan ahora, lo que miramos cada uno de nosotros se aparta, y le cuesta trabajo comprenderme, situación un poquito similar con la de mis amigos de escuela.

Estar con ellos es divertido pero me agota, se queda con toda mi energía, y termino con ganas de dormirme y de no hablar con (casi) nadie, y desearía no ser así. Me veo obligado a improvisar cuando estoy acostumbrado a planear por minutos y horas, cuestionándome si lo que diré a continuación será lo suficientemente bueno (lo mismo hago con este blog, ya llevo media hora aquí escribiendo y las pausas entre frases son LAAARGAS), he vivido bastante tiempo intentando evitar caer en frases inconexas, formulo muchas cosas antes de decirlas, no quiero ser raro, solo un poco de fluidez verbal y de agilidad al pensar y estaré bien, todo estará bien. Con ellos, sí, me río, hacemos relajo, bromas, etc., pero en el fondo anhelo la tranquilidad, la seriedad y la seguridad de las cosas... pero ha sido difícil hasta el momento. Tal vez y todo se arreglaría si fuera capaz de redirigir el anhelo, ser capaz de apreciar aquello que me parece tan cansado, tan trivial, tan superficial, si pudiera cambiar esa pieza tan fastidiosa, si fuera capaz de arreglarme, todo sería mejor, pero nuevamente, hay una inercia extraña que me lo impide, algo mucho más interno de lo que se podría pensar.

Y por otro lado, voy a un grupo católico en el que siento que no encajo realmente, lo intento, pero todo parece tan infructífero, el grupo ya tiene una manera de tratarse ya establecida, como un código, un lenguaje que sólo conocen quienes forman parte de él. Intento entrar, pero me recibe el silencio, no recibo nada de respuesta. La conexión no parece ir más allá de un saludo y de una despedida.

 La parte de mí que no quiere estar sola se preocupa por que yo olvide mis habilidades sociales y termine otra vez como una persona rara y desplazada, mientras que la otra parte que quiere estar encerrada en el cuarto me responde diciendo: ¿para qué intentas si todo el tiempo acabas cansado? Cuanto más complejo me vuelvo, no he podido evitar el sentimiento de estar cada vez más apartado de los demás, siento que es difícil entenderme, y me cuesta entender a los demás. Todo el tiempo intento descifrarlos, convertir todo lo que hacen en algo más digerible y tangible para mí. Desencriptar los detalles y por fin obtener una respuesta, una conclusión. La lógica y los sentimientos están peleados, necesito dejar de ver con ojos de ciencia a conversaciones tan superficiales entre amigos, tal vez así pueda desarrollar una conexión verdadera, cambiando mis expectativas y anhelos, ¿no es verdad? Tendría ser yo mismo DE VERDAD, sin ocultarme, sin planear, (aún si eso significa que escupa incoherencias y palabras incompletas)?

he aquí otra razón por la que tengo este blog, porque, aunque la posibilidad de que alguien me lea es mínima, por lo menos sé que recibiré respuesta aún si ésta sólo es el eco, la repetición de lo que expreso. 

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